jueves, 24 de octubre de 2013

Micros de otros / La caracola, Ramón Gómez de la Serna







Al ponernos al oído aquella caracola escuchábamos ruido de mar y gritos de náufragos. 
La caracola / Ramón Gómez de la Serna

Micros de otros / Felinos, Raúl Brasca



Algo sucede entre el gato y yo. Estaba mirándolo desde mi sillón cuando se puso tenso, irguió las orejas y clavó la vista en un punto muy preciso del ligustro. Yo me concentré en él tanto como él en lo que miraba. De pronto sentí su instinto, un torbellino que me arrasó. Saltamos los dos a la vez. Ahora ha vuelto al mismo lugar de antes, se ha relajado y me echa una mirada lenta como para controlar que todo está bien. Ovillado en mi sillón, aguardo expectante su veredicto. Tengo la boca llena de plumas.
Felinos / Raúl Brasca

La pareja del parque







Compartiendo la mañana en el ocaso de sus vidas, viviendo el otoño que les hace juego y el amor que perdura desde hace más de cincuenta años. 

viernes, 18 de octubre de 2013

Romeo el perro

Este perrito es Romeo, mi vecino. Es un can chaparrito, larguirucho y paticorto. Tiene una gran perronalidad, es simpático y muy seductor. Posee una admirable autoestima, cuando paseo con Guinness, siempre se acerca y le coquetea conquistador, sin importarle que ella es cuatro veces más grande que él. Es un perrito de mirada inteligente y sonrisa fresca. Esta mañana lo vi esperando alegremente a que su dueño saliera del supermercado. Y aproveché el momento para tomarle esta foto. 
A ver si un día consigo acercarme más a él para ver el nombre que aparece en su placa, aunque sería una decepción descubrir que no se llama Romeo, ese nombre le queda que ni mandado a hacer.

sábado, 12 de octubre de 2013

Barcelona, 12 de octubre

Imagen aérea de la Plaça Catalunya en el momento de la concentración del 12 de octubre. Alberto Salas

Y retiembla en sus centros Barcelona...se escucha el vigilar de los helicópteros, suena el despliegue policial en sus arterias, vemos el ondear de muchas banderas, escuchamos las distintas voces y consignas. Unas banderas marchan juntas, otras separadas. Y unas cuantas más dan hasta miedo. Los tan peligrosos nacionalismos anidan en los extremos, aquellos en donde no caben los demás, los otros, los que opinan distinto.

Los manifestantes han desplegado en el paseo de Gràcia una bandera de cien metros, mitad española y mitad catalana.Toni Garriga/Efe

Tres autocares llenos de fascistas han llegado a la Plaza España de Barcelona. LV/ Albert Domènech


miércoles, 9 de octubre de 2013

El ecce caballito




La lustrosa cara del jinete que monta al pobre caballito, ahora orinado de manera irregular por el ácido nítrico, no deja lugar a dudas de que es un sonriente y arruinado Borbón. 





Lo siguiente será llamar con urgencia a Cecilia Giménez, para que termine de "arreglar" el estropicio.


Ya no se llamará "El Caballito", ahora será "El ecce caballito".


Y Manuel Tolsá se volverá a revolcar en su tumba.


miércoles, 2 de octubre de 2013

2 de octubre, no olvidamos



Un miércoles, 2 de octubre como hoy, hace cuarenta y cinco años, una plaza repleta de estudiantes, obreros y maestros, fue iluminada por cuatro luces de bengala. Tras ellas vinieron el horror, el terror, muchos hombres de guante blanco y cara de perro, inmensos tanques asesinos y helicópteros que escupían balas y fuego contra la multitud. En la plaza de Tlatelolco había mujeres, hombres, jóvenes y viejos, también había niños pequeños, algunos aún en la barriga de sus madres y cuya vida terminó sin haber siquiera nacido, arrebatada cruelmente por una bayoneta que mandó el gobierno. Los militares estaban fuertemente armados, los civiles sólo iban armados de razones y palabras. Las balas resonaron, los alaridos también. La sangre tiñó de rojo el suelo, las paredes, las manos de los heridos y las ropas de los muertos, muchos muertos. Probablemente también la de los desaparecidos que aún hoy no hemos encontrado. También tiñó nuestra memoria para siempre. 

Dos de octubre, no olvidamos, sería imposible.

Dos de octubre, ni perdón, ni olvido.

martes, 1 de octubre de 2013

El paisaje de tu piel


Quiero mudarme a vivir en el paisaje de tu piel, suave, terso, curvilíneo. Quiero nadar en el hueco de tu ombligo, escalar hasta hacerte cosquillas en las rodillas, recorrer el campo arado de las plantas de tus pies. Detenerme en cada uno de los dedos y contar cómo se me acaban los días en tus nudillos. Pasearme de puntitas por tus costillas, bajar despacio y lentamente acariciar el cielo...

¡Ay! La de cosas que inspira esta foto. De la serie paisajes, del fotógrafo inglés Carl Warner, "Shin Knee Valley"

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Ayuda humanitaria

Sobre el cielo gris, aún lloroso, sobrevuela un helicóptero rojo, rojísimo, pertenece al gobierno del Estado de México. La gente del pueblo incomunicado se emociona, la ayuda humanitaria ha llegado. Sin embargo, al abrirse la puerta, se empiezan a asomar unas cuidadas botas de plástico en las que están embutidas las asquerosas patas de Laura Bozzo. No trae consigo medicamentos, ni agua, mucho menos alimentos. Trae consigo un micrófono y a un cámara para grabar un repugnante programucho, haciendo de la terrible tragedia ajena un desgraciado y miserable circo.

domingo, 15 de septiembre de 2013

¡Viva México cabrones!

La plaza vacía, cercada, limpia. Las voces incómodas escondidas, replegadas, acorraladas, amenazadas. Aquí no ha pasado nada. Saquen todos sus sombreros, pónganse los bigototes. Sean patriotas, agiten las banderas, sientan el orgullo nacional. Aquí no pasa nada. 
Las campanas sonarán a las doce de la noche recordando a los héroes que nos dieron patria. Escuchen los aviones y helicópteros acechando, sonrían ante los miles de efectivos desplegados por todas las ciudades. Aplaudan, ovacionen. Hagan una fiesta, emborráchense. A la mañana siguiente, coman pozole mientras miran con orgullo el desfile militar. 
Aquí no ha pasado nada. 
¡Viva México cabrones!

viernes, 23 de agosto de 2013

El campo de maíz

Micro para el concurso Micro Rock

En un campo cerca de Iowa han descubierto algo insólito: al cortar las mazorcas de maíz un lúgubre silencio invade la tierra, pero los granos guardan notas que, si se presta atención y oído, acarician el alma. El fenómeno hace más de cincuenta años que se produce, desde que una avioneta se estrelló en esas tierras. Dicen que ese día murió la música, pero también dicen que, desde entonces, el viento canta. Lo hace a tres voces y las mazorcas mueven sus caderas siguiendo el ritmo del frenético compás. No pueden evitarlo, el viento canta Rock and roll. 


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*En memoria de Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper. 3 de febrero de 1959.

viernes, 2 de agosto de 2013

El primer globo tripulado

Un buen día de 1873, estaban en su granja un gallo, un pato y una oveja. Tranquilamente hacían sus labores de gallo, de pato y de oveja (respectivamente) cuando llegaron los hermanos Montgolfier y los treparon a una canastilla que iba atada a un enorme y bellamente decorado globo. El inmenso globo se elevó y se elevó, levantando también la canastilla con el variopinto trío dentro, ante los sorprendidos ojos del rey Luis XVI y los de su esposa María Antonieta. Y también ante muchos otros pares de ojos de glamour diverso, pero igualmente incrédulos. El gallo, el pato y la oveja tuvieron el honor y la fortuna de ver, como nadie había visto nunca (salvo el pato, todo hay que decirlo), los hermosos jardines de Versalles, desde la nada despreciable altura de mil metros. Estuvieron en el aire por más de 8 minutos y suavemente aterrizaron en la tierra, a unos tres kilómetros de distancia. Todo el mundo dice que llegaron ilesos. Pero lo cierto es que el gallo, el pato y la oveja no volvieron a ser nunca los mismos. Se dice que la oveja se dedicó a arrancarle plumas al pato (era menos guerrero que el gallo, que tenía muy mal carácter) para intentar construirse unas alas funcionales. No lo consiguió nunca, desgraciadamente, pero se divirtió como enana. El desplumado pato no pudo volar nunca más, pues se le acabaron las plumas y, no poco tiempo después, fue invitado a la mesa de Luis XVI. Y el gallo, ¡ay el gallo!, se dedicó a enamorar a las gallinas contándoles su historia. Las gallinas caían redonditas a sus patas y le dedicaban todo tipo de mimos. Fue un gallo muy querido y feliz, a pesar de su mal genio y de su enemistad con la oveja, que a falta de pato, tiró de gallo y toda la vida le estuvo deteriorando el plumaje. 
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El primer globo tripulado. 
Homenaje a los hermanos Montgolfier y también homenaje al pato, al gallo y a la oveja, claro está.

domingo, 16 de junio de 2013

La infancia de un tirano

Una madre trae en brazos a su pequeño hijo. El nene porta su gorrita y su trajecito de baño, unas pequeñas chanclas y un chupón que le adorna los morros. La mamá con mucha dificultad consigue meterlo a la zona de la piscina adecuada para niños. No están ahí más de cinco minutos porque el bebé no lo soporta. Pide a gritos salir de ahí. La abnegada madre lo carga hasta las duchas, el crío en el proceso, lanza una mirada triunfante hacia el anonadado público. En la ducha patalea y grita como si lo estuvieran matando. Ya en el vestidor, la escandalosa lucha continúa. Otra vez los gritos, a los que ahora se suma el lanzamiento de patadas a la madre que responde con mimos. 

Hasta ahí todo más o menos normal, si no fuera porque el pequeño tirano tiene ya seis años.

viernes, 14 de junio de 2013

Historias de autobús

El hombre sube trabajosamente al autobús. Lleva consigo un bastón y una inmensa soledad. Se sienta sonriente y mira amorosamente a la pareja de ancianos, que le devuelven una sonrisa desde el asiento contiguo. El octogenario aprovecha ese gesto y cuenta su historia. Su mujer padece Alzheimer. La tuvo en casa durante unos años, hasta que le dio una embolia. Anduvo de hospital en hospital. Cuando consiguió salir, fue a dar a una residencia, donde recibe los cuidados que necesita. Sin dejar la sonrisa, dice orgulloso: 
- Yo voy a visitarla todos los días. Sin falta. Ya no me conoce, ya no me habla. Pero me escucha ¿sabéis?. Cuando me voy, le doy un beso en la mejilla y ella responde a mi amor con un sólo gesto: reposa, agradecida, su cabeza en mi pecho. 
Del bolsillo de la camisa, saca dos fotografías. En una, se puede apreciar a una hermosa mujer, en traje de novia, que mira a la cámara llena de felicidad. En la otra foto, un apuesto joven, en traje de novio, mira también feliz a la cámara. La observa con los mismos ojos verdes que aún destellan en su surcado rostro, mientras explica que ella nació en 1927, él en 1930. Se casaron cuando él tenía 26 años. Desde entonces no ha habido un día en que no la tome de la mano con amor. 
El hombre guarda ambas fotografías junto a su corazón, explica que las lleva siempre ahí, desde que ella ya no vive con él.
Mira por la ventana y ve que ha llegado a su destino. 
- Aquí me bajo, tomo allá enfrente el metro y enseguida llego a la residencia. Hoy ya voy tarde, suelo salir más temprano. 
El hombre se baja del autobús y camina hacia aquella caricia diaria que le demuestra que ella todavía existe y, sobre todo, que aún lo ama aunque casi ya no lo sepa.

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Ella ya no habla, le doy un beso y se acurruca en mi pecho durante un instante. Todavía me ama aunque casi ya no lo sepa.

sábado, 8 de junio de 2013

Objetos perdidos

Foto: Bristol Airport
Glyn es un adorable osito de peluche que alguien olvidó en el aeropuerto de Bristol. Junto a él se encontró una postal fechada en marzo de 1918. En el reverso puede leerse "Con mucho amor para nuestro querido papi, de su pequeña hija Dora con Sonnie y Glyn". La foto probablemente estuvo guardada junto al corazón de ese padre, mientras iba a la Primera Guerra Mundial. 

Glyn es tuerto, luce una oreja colgante y el pelo gastado de tanto abrazo. Y su tristeza es evidente. Lleva 14 meses sentado en un escritorio, abandonado y esperando ese abrazo que no llega. Los esfuerzos del personal del aeropuerto por encontrar a su dueño no han dado frutos. Si alguien sabe algo, por favor contacte con el aeropuerto de Bristol. El osito centenario está desesperado por volver a casa. 

martes, 21 de mayo de 2013

Pájaro triste

Ayer un hombre murió en la isla. Del otro lado del océano la noticia cayó como una tormenta. Su hijo sobrevuela el mar como el pájaro triste que regresa al nido y lo encuentra vacío y ruinoso. Lleva atoradas en el pecho las palabras que ya no podrá decirle nunca. Las lleva bien adentro, como un doloroso amasijo de espinas que le impiden respirar. Piensa en la última vez que habló con él. Lo notó animado, lo escuchó reír desde el otro lado de la línea. Pero no le dijo lo importante, no le contó su desgracia. No le pidió consejo pues se lo pediría cara a cara dentro de un mes, cuando fuera a visitarlo. Piensa en todo eso, piensa en todo lo que no le oirá decirle, en las bromas que ya no le gastará. En la orfandad que lo inunda, que lo invade, que lo desampara.

Mañana abrazará a su madre, pero será inútil, el consuelo no llegará. El sol de la isla le quemará la cara y sus humedades se confundirán con sus propias lágrimas. Aquél hombre hacía de la isla un sitio habitable y hermoso al que siempre apetecía volver. Ahora que él ya no está, la miseria de la isla se asoma por todos lados. La ausencia de su viejo le perfora el alma. Ese viejito flacuchento se ha marchado para siempre y con él la belleza de todo el pueblo. Un pueblo pequeño del que ha desaparecido, también desde ayer, el entrañable hogar de su infancia.  
  

martes, 14 de mayo de 2013

Esfinge


Ella espera paciente la caída de las galletitas que como cada día le lanzará la generosa vecina de arriba. Cada mañana le caen dos "galetes sense sucre" de las que Montse, mi vecina, se compra para su propio consumo y desde hace años, también para el consumo de Guinness. 
La perra todas las mañanas la espera sentada y tranquila, con la mirada fija hacia el balcón, no se mueve de ahí en cuanto la oye trajinar por la cocina. Y espera. La vecina sale y se la encuentra ahí, mirando. 
Lo mejor de todo, Guinness sabe contar. En cuanto cae la segunda y la devora, sabe que ya no habrá otra hasta la mañana siguiente en que la volverá a esperar, quieta ahí como una esfinge.

Más vale fuera que dentro

Foto: Cuartoscuro

Mientras Don Goyo vaya liberando los gases, no habrá problemas graves, dicen los expertos. No cabe duda que es un ser vivo este volcán. Bien dice el refrán: más vale fuera que dentro. Más vale un gaseo entre amigos, que un cólico a solas, sin duda.
Ojalá se le pase pronto la indigestión.

lunes, 13 de mayo de 2013

Caza-fantasmas

El cuento es breve aunque podría ser interminable. Se ha soñado de diversas formas, con muchos finales y despertares. Atroces y atormentados para una, pero felices para la persona con la que  comparte el lecho. Una despierta y ya no tiene cabida en la cama matrimonial, la otra abre los ojos y quien está a su lado es su amor perdido de los veinte años; aunque ahora tiene ya cuarenta y unas cuantas cicatrices en la espalda. Sin embargo la historia continuará y será interminable, pues el cruel fantasma de la nostalgia dará siempre ramalazos,  estropeándolo todo. Se solicitan pues, con extrema urgencia, los discretos servicios de un caza-fantasmas, la eficiencia es un requisito indispensable. Buena recompensa.
 

jueves, 9 de mayo de 2013

El último aliento



Una mañana en la oficina, alguien se subió al ascensor y se dejó ahí el aliento. El tufo se quedó ahí atrapado  y atormentó durante toda la mañana, a traición y con alevosía, a toda nariz inocente cuyas piernas perezosas evitaron la escalera. En cuanto las puertas de la cámara de tortura se cerraban, ya no había escapatoria. Era entonces cuando el abandonado aliento aprovechaba para dejarse sentir, todopoderoso y maloliente.
Fue así como descubrimos que al investigador del último cubículo del tercer piso, lo estaba envenenando su mujer. Cuando llegó la señora de la limpieza, lo encontró tendido, sin aliento y con la típica manchita azul que deja el cianuro en los labios. 
No hubo nada que hacer. El aliento sigue deambulando por el ascensor, aunque ahora además de apestar, aúlla. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

La sotana del ministro



Había una vez, en un reino desgraciadamente no muy lejano, un ministro de justicia. Vestía de manera normal para sus funciones parlamentarias, ya se sabe: traje oscuro y corbata. Pero debajo de esas ropas, se escondía una negra sotana de numerosos botones. El ministro se sentía incómodo, los botones no paraban de hacerle cosquillas. Sólo abandonaban la molesta tarea cuando conseguían que de su boca salieran las leyes más puritanas y absurdas, más dignas del siglo XII que del siglo XXI. Las mujeres no podían creer lo que de esa boca salía. Llevaban toda la vida siendo responsables de sus propios pensamientos y de sus actos. Ahora según las leyes de aquel ministro de pacotilla y reclinatorio, las mujeres serían declaradas víctimas de sus propios razonamientos y decisiones. Todo gracias a la estulticia descomunal de aquel hombre y a los innumerables botones de su oculta, pero muy muy demandante, sotana. 


El polvo de un volcán


Si te hubieras quedado, quizá ese corazón enfermo que tenías no habría estallado aquel lejano octubre. Ella te habría convencido la noche anterior al día fatídico del adiós y con suerte ahora tendrías un corazón diez años más viejo, pero aún vivo. Nunca se sabe, con la suerte de vuestra parte, a tu madre no le habría fallado el marcapasos un año más tarde. Y seguiría cocinando alegremente la carne para los demás aunque ella fuera vegetariana. Seguiría fumando a escondidas, aunque menos, pues en lugar de humo y lágrimas estaría echando carcajadas a tu lado como cada tarde.
Te lo advirtió. A ella nadie la deja. Para dejarla han de abandonar el mundo y luego convertirse en el polvo que deambula y acaricia las rocas. Esas rocas oscuras que conforman las faldas de tu volcán favorito, aquellas accidentadas superficies en las que ahora te depositas y descansas los días en que el viento esta calmo y ausente, como tu cuerpo. 

martes, 7 de mayo de 2013

La paciencia de una cana

Se conocieron hace muchos años. Se enamoraron a tropezones, con todo siempre en contra. Eso de coincidir en tiempo, en espacio y en libertad, nunca los acompañó. Se perdieron la pista desde hace varias décadas. Se piensan y se imaginan a veces, cuando la nostalgia del hubiera se les mete en la cama. No se han vuelto a ver ni a saber. Él la recuerda alegre, ella lo recuerda atormentado. Los dos ya hace tiempo que peinan canas. En secreto ambos esperan tener la oportunidad de echar alguna al aire juntos, cuando el camino accidentado de la vida los vuelva a reunir. Por eso él cuida con esmero la única que le queda y hasta le ha puesto su nombre. 

sábado, 27 de abril de 2013

Pajarito chiquitico

Una niña pequeña venía firme y decidida de la mano de su abuelo. Lo señaló desde la mitad de la plaza. Se miraron frente a frente y se declararon su amor. El abuelo lo entendió enseguida y la complació. Desde entonces, pajarito y nieta, comparten la misma habitación. Mientras ella duerme, él vigila su sueño desde la repisa de madera frente a su cama. Cuando el sueño es profundo, el pajarito se arranca a cantar. Lo hace en la intimidad, no se trata de asustar a nadie. No estaría bien visto que un pájaro de cartón demostrara sus habilidades musicales en público. 

martes, 23 de abril de 2013

Sant Jordi, la princesa y el dragón. Variaciones sobre un mismo tema


El dragón que murió de amor


Una tarde de abril, una hermosa princesa sería devorada por un dragón hambriento y feroz. Caminaba pensativa hacia sus fauces cuando se encontró con el caballero de la poderosa musculatura. El valiente caballero mató al dragón que estiró la pata con mucho estilo: antes de dar el último dragonazo, alcanzó a echarle un lente a la princesa y enamorado, transformó su sangre en un nutrido rosal que abrazó tierna y dulcemente aquella espada.

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El dragón enamorado


El destino de la princesa era ser devorada por el temido dragón. Pero el dragón fue mortalmente herido por la espada de Jordi. Murió enamorado, lo supimos porque no hubo sangre en la escena del crimen, sólo se encontraron rosas rojas alrededor del arma mortal.





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De haberlo sabido


De haber sabido que el dragón era tan romanticón no lo habríamos matado. Habría bastado con volverlo vegetariano y pedirle que donara tantita sangre cada 23 de abril para llenar el pueblo de rosas. Princesa y dragón habrían sido el origen de una nueva especie de humanos-reptiles y la historia habría sido bien distinta. 

martes, 15 de enero de 2013

Sagrado bocadillo de jamón


La Sagrada Familia en la fría mañana de hoy, con la helada tramontana colándose entre sus poros. Una horda de japoneses llenos de cámaras, también se le colaban (previo pago, claro está). Mientras yo hacía la foto, uno de ellos me preguntaba desesperado por un Mc Donald's. Pude haberle hecho un favor y haberlo enviado a comer un delicioso bocadillo de jamón serrano, pero no me dio tiempo. El hombre huyó deprisa y desesperanzado en cuanto le dije que ni idea de dónde podía haber uno con mi cara de: ¡No jodas! ¿Un Mcdonald's? ¿En serio?... ¬¬