martes, 7 de mayo de 2013

La paciencia de una cana

Se conocieron hace muchos años. Se enamoraron a tropezones, con todo siempre en contra. Eso de coincidir en tiempo, en espacio y en libertad, nunca los acompañó. Se perdieron la pista desde hace varias décadas. Se piensan y se imaginan a veces, cuando la nostalgia del hubiera se les mete en la cama. No se han vuelto a ver ni a saber. Él la recuerda alegre, ella lo recuerda atormentado. Los dos ya hace tiempo que peinan canas. En secreto ambos esperan tener la oportunidad de echar alguna al aire juntos, cuando el camino accidentado de la vida los vuelva a reunir. Por eso él cuida con esmero la única que le queda y hasta le ha puesto su nombre. 

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