miércoles, 25 de septiembre de 2013

Ayuda humanitaria

Sobre el cielo gris, aún lloroso, sobrevuela un helicóptero rojo, rojísimo, pertenece al gobierno del Estado de México. La gente del pueblo incomunicado se emociona, la ayuda humanitaria ha llegado. Sin embargo, al abrirse la puerta, se empiezan a asomar unas cuidadas botas de plástico en las que están embutidas las asquerosas patas de Laura Bozzo. No trae consigo medicamentos, ni agua, mucho menos alimentos. Trae consigo un micrófono y a un cámara para grabar un repugnante programucho, haciendo de la terrible tragedia ajena un desgraciado y miserable circo.

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