Instrucciones para acariciar el alma
Siéntese cómodamente. Abra un libro de Julio Cortázar. Empiece a leer. Deje que las palabras empiecen a caminar. Note cómo le acarician con sus pequeñas y traviesas patitas. Respire profundamente en cada pausa. Prosiga. Sienta cómo el placer le inunda el alma suavemente. Sienta la pluma del cronopio mayor deslizarse por su cerebro.
Sonría: la ansiada caricia ha llegado.
Y cuando tenga el alma echa jirones, vuelva a empezar por el principio. Verá cómo regresa la magia. Las heridas cerrarán y la sonrisa volverá a aparecer, limpia, fresca y llena otra vez de luz.
De los remedios para el alma / Lola Zavala
Tributo a Cortázar a 100 años de su nacimiento.