viernes, 17 de abril de 2015

Ladrona de fuegos



Esta noche Eduardo, aunque acaba apenas de llegar, acudirá a una reunioncita. Lo ha invitado Gabo que, con su flor amarilla en el ojal, recuerda que hoy hace un año que llegó también a instalarse. Lo hizo de la mano de una elegante y huesuda señora, que lo dejó ahí, bien lejos de nosotros, aunque muy bien acompañado: días antes, y sin tocarse el corazón que no tiene, se había llevado también a Juan Gelman y a José Emilio Pacheco. 

Menuda señora ésta. Será muy elegante y todo lo que quieran pero es una vieja cabrona; una infame ladrona que nos roba los fuegos y nos va dejando, poco a poco y sin pausa, en la total oscuridad.