lunes, 31 de octubre de 2016

Ofrenda perruna


Había en la ofrenda de casa un par de golosinas sabor a cordero para Guinness y para los otros perritos que me han acompañado a lo largo de mi vida y que han partido al más allá. 

Y digo había porque esta mañana, mientras yo estaba en la oficina, Trufa, sin ningún reparo ni respeto a los difuntos, se las zampó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario