Psss, como el edificio de 1847 es ya un vejestorio, que ha sufrido cambios e incendios a lo largo de su historia, vamos a dignificarlo y a darle potencia con unos anillitos. ¡Sí! Con 170 anillos esmaltados de más de un metro de diámetro y 18 cm de ancho distribuidos por toda su aburrida fachada.
Un proyecto "magistral" del artista visual y escenógrafo Frederic Amat.
Y así nos pasamos el patrimonio cultural e histórico por donde no suena.
"Presencia exterior mayestática", para el gran Teatre del Liceu, le llaman a esto. ¡Qué horror!
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